Gotoandplay();

|

Leer más...

Memoria

|

Cunado transitamos un espacio público le confiamos el buen curso de nuestras acciones a la señalética, aquella especie de voz divina que puntea y orienta nuestras acciones cotidianas cuyo carácter imperativo es imposible de evadir.
Su lenguaje claro y su tono directo nos convencen al instante de que aquello que se nos ordena tiene que ineludiblemente ser para nuestro bien. Por eso confiamos en él, no lo dudamos.




Hoy interactuamos diariamente con diferentes lenguajes a los que le cedemos nuestra absoluta confianza. Confiamos en su claridad, en su efectividad, en su eficiencia, conocemos y nos hacemos conocer a través de estos lenguajes, pero no los entendemos.

Vivimos completamente desorientados, confiamos ciegamente en algo que en realidad ignoramos y estamos felices de ignorarlo.
Qué pasaría si tomáramos un lenguaje ignorado y hasta pensado para ser ignorado, pero que atraviesa lo cotidiano hasta convertirse en un imprescindible elemento fundamental de nuestra forma de conocer. No estamos hablando de otra cosa sino del Action Script. Qué pasaría si este lenguaje se colara dentro de una realidad más visible como la señalética? Nos daríamos cuenta de que en realidad dependemos de algo que ignoramos totalmente? O no lo ignoramos? Sabemos que lo ignoramos? No queremos saberlo?

Nos proponemos darle una mano al Action Script para que llegue a un publico más amplio, nos proponemos exponerlo a la masa y para eso nos servimos del transporte masivo y su señalética de lenguaje parejamente masivo.

En conclusión y retomando la pregunta que nos formulábamos hace un rato, nos damos cuenta de que en realidad dependemos de algo que ignoramos totalmente? O no lo ignoramos? Sabemos que lo ignoramos? Queremos saberlo?
No, la verdad es que a nadie le interesa mucho. Mejor que de esas cosas se ocupe otro. Nosotros o bien no las entendemos, o bien no sabemos lo que son.
Lo cierto es que están… pero no, no queremos saber.
Leer más...

Estación Belgrano

|

Leer más...

Estación Once

|

Leer más...

De la señalética y la "comunicación transparente"

|




Si tenemos en cuenta que “la señalética es una técnica que permite optimizar la puesta en un sistema de codificación las señales y los signos destinados a orientar y facilitar a las personas respecto a su ubicación y a sus acciones en los distintos espacios y ambientes” comprenderemos inmediatamente que se trata, en otras palabras, de “algo” que gráficamente le dice a una persona ”X” que haga una cosa o note tal otra. Ahora bien, comencemos por el principio. El mensaje literal, es decir el escrito, nos cachetea con un mensaje directo de verdad absoluta, algo así como un axioma. CUIDADO nos dice un letrero, inmediatamente, como socios de un pacto tácito entre él y nosotros comenzamos a sospechar de todo lo que nos rodea. ¿Esto es así? No necesariamente.
Si estuviéramos de paseo por los valles de Bulgaria y de pronto sintiéramos la necesidad de enjugarnos las patas en un río probablemente hiciéramos caso omiso de cualquier letrero del orden de “Пазете се убийците подпочвен мутанти”, resultado de esta negligencia (o tal vez impericia) caeríamos víctimas de una banda de asesinos subacuáticos mutantes, ya que eso indica el letrero “Cuidado con los asesinos subacuáticos mutantes”. Simplemente desconocemos el código de la lengua búlgara y sus signos tipográficos que se nos aparecen como tan injustificadamente rebuscados.


Supongamos, siguiendo con el ejemplo, que el mensaje literal es acompañado por una síntesis formal de uno de estos personajes de los cuales se nos advierte. Nunca hemos visto tal cosa, ni escuchado acerca de su existencia, por tanto si viéramos la representación de aquello de lo que se nos advierte el mensaje no dejaría de ser perfectamente inefectivo, aunque sí dispararía un sin número de interpretaciones posibles.

Sin embargo hay códigos con los que tenemos una relación más feliz. Los entendemos, ellos nos entienden, todos somos semióticamente felices y formamos una hermosa pareja interpretámen – interpretante rodeados de nubes rosas y estrellitas de colores. ¡Mentira! Somos prisioneros inconscientes de los signos. Confiamos en ellos ciegamente, si lo dice un cartel hay que hacerlo o contradecirlo con cruda rebeldía, pero ignorarlo jamás. La pieza de señalética es el lenguaje divino de un ser etéreo que puntea y orienta nuestras acciones diariamente (algo así como la TV pero menos irremediable).

Lo cierto es que el mensáje está transmitido con un código que aceptamos sin filtro. No sabemos de dónde salió y no nos queda del todo claro cómo funciona, pero le creemos porque es sin duda consiso y directo, de eso estamos seguros, ¿no? Se trata, para decirlo redondamente, de un proceso censurador de la semiósis infinita, que nos patea los talones a través de los retorcidos pasillos de un lenguaje globalizado.

Le confiamos nada más ni nada menos que nuestra capacidad de comunicarnos con otros a un sistema cuyo funcionamiento desconocemos, pero que está presente continuamente. Lo hacemos inconscientemente la mayor parte del tiempo, y quizá es porque no tenemos muchas ganas de indagar en pormenores, “Ya es así, para qué me voy a esforzar en entender cómo funciona la comunicación?”

Hoy nos comunicamos con un lenguaje especialmente curioso. Una buena noticia, que antaño nos provocaba alegría hoy nos :-), una mala noticia ya no nos acongoja, ahora nos :.-(, ¿Qué le espera a la comunicación en los albores de la segunda década del siglo? boton.onPress = function(){goTO(SABER);} , es decir… vaya a saber. Creemos tener una leve idea.
Leer más...

Signos

|

Los signos son signos de cultura. Están aquí para cumplir una función propia y exclusiva: significar. Todo lo que significa es signo. Pero los signos habían nacido abstractos. Pura forma, trazada por umis manos que apenas dejaban de ser "garras": las del primate.


Los signos nacieron con la rebeldía del pensamiento abstracto y la imaginación simbólica. Liberación total hacia la hominización. 6.000 años antes que nosotros, los signos supeditaron la forma a la norma. Y sapiens inventó el código y el nuevo lenguaje visual de la escritura. Así, los signos pasaron de la pulsión abstracta a la razón figurativa y se convirtieron en pictogramas. Se transformaron después con el alfabeto. Y se ajustaron a las leyes de la razón geométrico-matemática (el número de oro) del arte clásico y de la tipografía.

Pero los signos jamás renunciaron a la libertad primigenia del gesto y a la autonomía de la forma. y han ocupado su propio espacio en el mundo de la caligrafía y la creación estética. Este libro recoge las evoluciones de la letra desde el cuneiforme y el jeroglífico hasta el alfabeto moderno, la imprenta y la tecnología digital. La rebelión de los signos revela su rica y apasionante vida y su influencia decisiva en el arte, el diseño, la comunicación y la cultura.
Leer más...